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Saludos de FENASIC a los trabajadores de CONAF en sus 51 años de vida.

Son esas luchas, esas nobles rivalidades de la política, las que engendran las buenas instituciones, las depuran en la discusión, las mejoran con reformas saludables y las vigorizan con entusiasmos generosos que nacen al calor del derecho a disentir” Leandro Alem

 

Medio siglo y un año más… Ya son más de cincuenta y un años desde el nacimiento de nuestra querida CONAF. Su ley y su espíritu, se promulgaron bajo la base fundamental del desarrollo ambiental y forestal del país, abogando por la responsabilidad, el cuidado, dedicación y compromiso hacia la sublime naturaleza que cubre nuestro extendido y heterogéneo Chile.

Hoy nuestra labor de proteger los ecosistemas no declina, al contrario cada día se hace más importante, trabajar en la mitigación de los efectos del cambio climático, apoyar en el trabajo por una mejor legislación forestal y ambiental que administre de manera efectiva, proactiva y eficaz las áreas silvestres protegidas, pasa a ser el ánimo primordial de nuestro trabajo, para todos los miembros que componen nuestra institución.



Este 13 de Mayo , el Directorio de Fenasic hace un extensivo y cariñoso saludo a todos los Trabajadores de nuestra querida institución, a nuestros profesionales, fiscalizadores, viveristas, auxiliares, técnicos y administrativos. A nuestros Guardaparques que deben vivir en unidades aisladas, dejando familias y seres queridos, a nuestros Brigadistas que arriesgan su vida en cada incendio forestal y a todos los que desde su labor diaria hacen posible que CONAF siga manteniéndose en el sitial que le corresponde en nuestra sociedad y en el mundo forestal de Chile


No podemos olvidar el de dónde venimos, ya que en los comienzos de nuestra historia, las Leyes de Indias, indicaban en materia forestal, estar destinadas a: “Lograr que los montes, pastos y aguas de los lugares contenidos en las mercedes que estuvieran hechas, o se hicieran en los señoríos de Indias, fuesen comunes a españoles e indios”. Han pasado varios siglos, y sin embargo vemos como el concepto de lo común y el hacer comunidad, nos sigue costando caro, nos sigue persiguiendo en la vorágine de qué es lo mío, y que es lo tuyo. Como si los ríos y los bosques, tuviesen predilección por un nuevo postor. Si algo debemos valorar en nuestros pueblos originarios, es la apreciación, el respeto y su maravillosa visión cosmológica acerca de nuestra conexión inequívoca con la naturaleza, su dimensión simbólica y cultural hacia el medioambiente.




Costo visibilizar a nuestro paisaje y ecosistemas, como patrimonio natural. El deseo exacerbado del mal llamado desarrollo en el siglo XIX, era mezquino al plantear una noción de naturaleza inútil, un estorbo y un obstáculo, para el desarrollo de la civilización en pos de la agricultura. Los primeros atisbos legales nacen en 1837 en la Ley orgánica de Ministerios, para lograr poner un poco de mesura en la depredación de bosques, en pos de áreas para la labranza. Benjamín Vicuña Mackenna escribía en “El Araucano” en 1855, sobre la necesidad de un Código Forestal, lo que trajo consigo que años más tarde en 1872, se legislaba en la “Ley sobre corta de Bosques”.

Debió llegar el siglo XX, para que recién en 1907 se creara la primera Reserva Forestal Malleco, con una superficie original de 33.640 hectáreas. Decretos posteriores le desafectaron para destinarlas a la colonización y para la creación del Parque Nacional Tolhuaca; razón por la cual tiene actualmente una superficie de 16.625 hectáreas. Le siguen en el año de 1912 las reservas forestales de Villarrica, Llanquihue y Alto Bío Bío.




Federico Saelzer Profesor de la Universidad Austral, hace 48 años en su libro “La Evolución de la Legislación Forestal Chilena” dijo “¿Será posible, con los actuales recursos humanos y materiales, por perfecta que sea la estructuración de la Corporación Nacional Forestal, cubrir todas y cada una de las exigencias legales de esta inmensa tarea silvícola y tecnológica que espera a los profesionales que trabajan en ella? ¿No se habrá incurrido una vez más, en la historia forestal de nuestro país, en el error de creer que los problemas del bosque se resuelven con sólo legislar sobre ellos?”. Sin lugar a dudas los análisis, las preguntas y sus respuestas traspasan las fronteras del tiempo, y hoy nos tienen nuevamente en nuestro parlamento, legislando sobre nuestro devenir.

Sobre las “emocionalidades” que rodean la historia señalada, éstas han tenido efectos paradojales: por una parte han contribuido a crear conciencia en la ciudadanía respecto de la necesidad de ocuparse de nuestra naturaleza y bosque nativo, con miras a su preservación; y por otra, han distorsionado la visión sobre lo que está ocurriendo y las causas que están detrás del abandono y deterioro de nuestros ecosistemas y del bosque nativo en Chile.



La actividad medioambiental y forestal ni siquiera es de largo plazo, como lo es la minería, es permanente, dado que la sustentabilidad es un requisito inherente a nuestra actividad. Los arcos del tiempo que se necesitan para que las políticas tengan efectos y los mismos puedan ser evaluados, son extensos. Hoy como Federación estamos y seguiremos atentos, sin claudicar por una política forestal que se inserte adecuadamente en el quehacer nacional. El sector gremial y en espacial nuestra Federación, seguirá “accionando” y no “reaccionando”, por un marco legal con legitimidad ante el país, las nuevas generaciones y la opinión pública. Vemos a la fecha, que los estatutos jurídicos que han regulado el ámbito forestal y de Biodiversidad, han sido dramáticamente ineficaces respecto del bosque nativo y áreas de biodiversidad. Sin embargo, la tendencia de las autoridades es a legislar del mismo modo que en el pasado.

Hoy existen en Chile buenas ideas que nos pueden conducir a la armonía y al deseado consenso en este tema, dando satisfacción tanto a quienes se inclinan y abogan por la preservación de los ecosistemas, bosques nativos y su biodiversidad, como a quienes se ocupan de actividades productivas basadas en recursos naturales. Al respecto existe una base conceptual que se debe dialogar y poner sobre la mesa, para lograr un acuerdo nacional sobre nuestras áreas naturales, el bosque nativo y la biodiversidad, donde se incluya, consulte e invite a la mesa, a todos los actores y profesionales que han dedicado su vida en esta querida institución.




Si la vida de CONAF la resumiéramos en latidos de un corazón, ya llevamos alrededor de mil seiscientos millones desde nuestros inicios, en este periodo sensible para la humanidad, reciban nuestros más sinceros afectos. Que sus corazones y los de nuestra querida institución sigan palpitando con inquebrantable fuerza, en todos y cada uno de Uds. los que conforman esta gran institución.

DIRECTORIO NACIONAL FENASIC 13 de mayo de 2021



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